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Nuestro objetivo: valorizar el patrimonio histórico natural, material, humano, económico y social, ilustrando el ecosistema secular del Territorio “Rance- Costa Esmeralda”, situado entre tierra y mar, y habitado por gentes de principios sólidos.

 

La región de la Rance-Costa Esmeralda que se extiende desde la Bahía del Monte-San-Miguel (Mont Saint Michel) hasta el Cabo-Fréhel, definida en el sur por las antiguas comarcas de Bretaña que comprendían principalmente las ciudades y fortalezas de Dinan, Montmuran, Dol de Bretagne, Combourg o Fougères, está compuesta en la actualidad, por lo que se conoce administrativamente como la región de Dinan y Saint-Malo.

Es un territorio bien definido que forma parte del Círculo de empresas de la Región de la Rance (CEPR). El proyecto de un Parque Natural Regional constituye uno de los elementos dinamizantes al mismo tiempo que le otorga identidad. La Fortificación de San Padre (Le Fort de Saint–Père), verdadero “escenario natural para espectáculos”, está llamado a servir de revelador y promotor de la importancia de esta zona.

Esta región, se construyó según un modelo socio-económico e histórico que funcionó desde el comienzo de nuestra era. Ella se caracteriza por la existencia de una “solidaridad natural y activa” entre los numerosos hombres y mujeres que colaboraron en su creación, su desarrollo y valorización, compartiendo tanto el deseo de conquistar nuevos horizontes, emprender nuevos proyectos y asumir sus riesgos, como al mismo tiempo, la obligación de satisfacer las necesidades básicas de las familias contribuyendo a eliminar la pobreza y la soledad que surge por la ausencia “del otro” que partió tan lejos.

 

Esta región cuenta además en su seno, una paleta importante de personajes ilustres o simples que todos contribuyeron con sus diferentes matices a un desarrollo local del tipo “eco-sistema” durable y perenne, que se mantuvo hasta el fin de la segunda guerra mundial. Numerosos son también, aquellos que contribuyeron al progreso del conocimiento universal, al descubrimiento de continentes, al desarrollo de las ciencias, de las artes y de las letras, sin olvidar la gastronomía y el bienestar personal. Algunos de ellos han creado asociaciones solidarias que aún perduran.

Además, esta Región ha sido siempre tierra de refugio para muchos. Irlandeses, ingleses, gentes del Norte de Europa y canadienses participaron en su desarrollo, por eso, así proponemos una traducción de la presentación de nuestra asociación en ingles. Es también así para toda una colonia de ciudadanos rusos – incluso cuatro generaciones de la familia Romanov – más la presencia en Saint-Malo del célebre escritor Boris Akounine, historiador y ensayista, autor además de numerosas novelas policiales e históricas. Proponemos también una traducción en ruso, como un homenaje rendido y una invitación a desarrollar nuestros vínculos culturales y patrimoniales ancestrales.

Paso lo mismo con los, entre nuestros navegantes bretones de antaño, que llegaron entre los siglos XVII et XIX hasta la China para establecer vínculos, dejando rastros de su presencia particularmente en Shaanxi et su ciudad capital Xi’an. Así tenemos una traducción en chino para reactivar nuestras relaciones. En seguida, vamos a proponer una traducción en español, porque también formaron parte de las tripulaciones de las armadas españolas, o bien las combatieron en ambas costas oceánicas de la América del Sur. (Las Islas Argentinas Malvinas deben su nombre a la castellanización del francés “Malouines”, por la expedición de 1764 que acostara procedente de Saint-Malo).

Esta Región posee un patrimonio natural, marítimo y edilicio único en Francia, denso y bien repartido dentro de ese territorio “entre tierra y mar”, pero a veces difícil de descubrir para quienes lo visitan en gran número cada año y también para quienes vienen a instalarse en él (se les conoce como los “hors-venus”).

La expresión “entre tierra y marrepresenta simbólicamente la fecundación recíproca de esos dos elementos naturales que han movilizado hombres y bienes en los dos sentidos: la tierra aprovisionando las “compañías de la mar” por un lado, y las riquezas obtenidas en ese comercio mundial, por el otro, enriqueciendo a su turno, la vida y la economía en esa misma tierra.

“Entre Terre et Mer” figura esa epopeya, la cual fue magníficamente ilustrada por una serie de televisión realizada por Hervé Baslé y su decorador Claude Lenoir, estos dos viven en la actualidad en el corazón de esta región, “donde se nace paisano o marino, según su destino”.

Se trata de valores y de un potencial disponible, no totalmente aprovechado en la actualidad. Ese “ecosistema” que funcionó durante tantos siglos creó una ADN propia a los habitantes de este territorio: todos “gentes de carácter fuerte”. Se distinguen por un espíritu empresarial y valores de coraje, de tenacidad, de humildad y de solidaridad. Nace así la necesidad de reunirse, organizarse y movilizarse para revelar dichos valores, y al mismo tiempo, realizar su promoción, proponiendo a cada uno de los numerosos actores de esta Región de la Rance-Costa Esmeralda el integrarse en una “escenografía global” alimentándola con su propia experiencia, su historia y su patrimonio, a fin de construir un futuro común.

Se trata de dar a esta región un nuevo aire, y de ponerlo en perspectiva, así que permitirá su puesta en valor como reforzará su encanto natural e histórico, inscribiéndola en una nueva visión global, y en perspectivas reales de crecimiento económico durable.

Se trata de encontrarnos de nuevo en nuestras raíces y recrear nuevos sueños fecundos, sin los cuales no hay ninguna creatividad posible.

Hay quienes dicen “esta tierra se merece”. Pero ella debe darnos también el deseo de compartir esos valores, de crear nuevos emprendimientos solidarios, y el espíritu de conquista que caracterizaron su pasado.

Dichos valores serán el aliciente para construir ese futuro común dotado de un doble sentimiento de legítimo orgullo y de hospitalidad provechosa para todos.

Este sitio web, concebido como una pequeña “Wikipedia” del territorio, los invita a descubrirlo y a unirse a nosotros para vivirlo realmente y compartirlo.

Si conectan los altavoces de su computador, su visita será acompañada de una música de mar, hecha de vientos y de harpa céltica. Se puede interrumpir esta música mediante un simple “clic” sobre el botón del magnetófono situado en el ángulo superior derecho de la página, bajo las banderas lingüísticas.